Led Zeppelin - 1973 - The Song Remains The Same


En ocasiones se achaca a Led Zeppelin que no editara en su día, cuando eran la banda en activo más importante del planeta, un directo que recogiera para la posteridad la espectacularidad de sus conciertos. Hay quien despacha la edición en audio de “The Songs Remains the Same” como la banda sonora de la película que se editó con el mismo nombre, recogiendo tomas de tres shows de la gira de 1973 en el Madison Square Garden de Nueva York.

Trailer Film:



Hace ocho años se editó un monumental triple Cd en directo, “How the West Was Won”, que recogía una serie de grabaciones en vivo de la época de gloria del cuarteto, y que algunos vieron como el directo que Zeppelin debían a la historia de la música.

A mi entender, dicho triple Cd no es sino un impresionante e imprescindible complemento a “The Song Remains the Same”, el disco en directo de Led Zeppelin por excelencia, y, por supuesto, uno de los mejores de todos los tiempos.

Robert Plant, John Paul Jones, John Bonham y Jimmy Page tenían una forma de entender el rock, de saber estar sobre el escenario, hoy día casi extinguida, muy difícil de igualar.

En 1973 contaban ya con cinco discos de estudio donde habían tenido espacio para hacer de todo: Del Blues al Rock, del Rock al Hard, del Hard al Progresivo, del Progresivo al Heavy y de ahí al Folk para volver a empezar. No es extraño que la discografía de esta banda despierte recelo en según qué oídos. Como los Rolling Stones, creo que es de esos grupos que se aprecian de verdad cuando se llevan años escuchando música más inmediata, pero en los discos de Zeppelin está la raíz de casi todo.

Además de la raíz está el tronco, y están los frutos. El dirigible de plomo manejaba un repertorio imponente, había compuesto entre quince o veinte canciones que deberían aparecer en cualquier listado sobre los cien mejores temas de rock de todos los tiempos, y para la compilación de los conciertos del Madison Square Garden se escogieron una serie de ellas, como podía haberse echado mano del resto.

De hecho en 2007 se reeditó el álbum en doble Cd añadiendo una serie de canciones, pero, como el “Made in Japan” de Deep Purple, este es un disco con identidad propia, que en el imaginario colectivo se recuerda por sus nueve temas originales, que son además los que incluye la película, junto a la potente “Heartbreaker” y aquel soberbio blues titulado “Since I´ve Been Loving You”.

Disco 1:

  1. Rock And Roll
  2. Celebration Day
  3. Black Dog (including Bring It On Home)*
  4. Over The Hills*
  5. Misty Mountain Hop*
  6. Since I've Been Loving You*
  7. No Quarter
  8. The Song Remains The Same
  9. Rain Song
  10. The Ocean*

Disco 2:

  1. Dazed And Confused
  2. Stairway To Heaven
  3. Moby Dick
  4. Heartbreaker*
  5. Whole Lotta Love

* No aparecen en la versión original


Me imagino que estas canciones las conoce todo el mundo, de hecho, una película como “Wayne´s World” frivolizaba sobre la sobreexposición a la que ha sido sometida “Stairway to Heaven” a lo largo de los tiempos, cuando salía aquella tienda de instrumentos musicales, los protagonistas entraban, y a la hora de probar una guitarra el encargado les enseñaba un letrero que prohibía tocar este tema. No debe ser gracioso escuchar las notas introductorias de Jimmy Page treinta o cuarenta veces diarias, desde luego.

Centrándome pues en la interpretación que sobre las tablas del legendario pabellón neoyorquino hicieron los cuatro músicos, me veo en la obligación de insistir en que nadie se marche de este mundo sin oír un millón de veces esa entrada de batería, que Bonham “fusiló” del tema “Keep a Knockin´” de Little Richard, al comienzo de “Rock&Roll”.

Que no os perdáis el enlace entre ese primer tema y el siguiente, “Celebration Day”, con un Jimmy Page desatado, taladrando con sus dedos las cuerdas de la guitarra, y desplegando un maremoto de feeling, hasta que Plant toma el micrófono y empieza a cantar esas estrofas rocanroleras con la entonación de un maestro.

La homónima “The Song Remains the Same”, incluida en el que era su nuevo disco, “Houses of the Holy”, permite a toda la banda brillar al nivel reservado sólo a los escogidos, a los portadores del Martillo de los Dioses, que eran Zeppelin y no Manowar, qué le vamos a hacer.

Y en “The Rain Song”, con su fondo de teclados y ese ambiente onírico, paradisíaco, casi puedes escuchar el silencio, la quietud, más emotivos aún que la canción en sí.

“No Quarter”, parece como si quedara oculta entre otras más clásicas, pero es otro de los momentos álgidos. En la película ponía música al viaje del bajista John Paul Jones, caracterizado como un caballero medieval que volvía enmascarado a su castillo y era reconocido al momento por su amada y sus dos hijas. El suave y extraño acorde que repite Page a lo largo de toda la composición es insuperable, y la entonación de Plant no es de este mundo. Escúchenle en el minuto 9´00 aproximadamente.

Y para los alternativos, una propina de este No Quarter, por si alguien tiene dudas del alcance de la influencia de Led Zeppelin en las tres décadas siguientes.

“Moby Dick” no es un tema para ser escuchado todos los días. Es como el “The Mule” de Deep Purple. Pero seguro que todos los baterías de rock posteriores han alucinado con lo que hacía John Bonham con su kit de batería. Siempre fue el miembro más terrenal de Led Zeppelin. Sólo hay que ver en la película cuáles eran sus prioridades en la vida: Los colegas, su mujer y ese tractor que conduce saludando a los vecinos.

“Dazed and Confused”, ese tiempo lento colosal que sobresalía en el disco de debut en el 69, se alarga hasta casi media hora, y es el momento de gloria para Jimmy Page. En mitad de la canción, el músico protagonizó uno de los momentos más excesivos de la historia, al marcarse ese solo de guitarra con el arco de un violin, que los punkies tratarían de ridiculizar en su cruzada contra los grandes dinosaurios del Rock. Megalómano, excesivo, sobredimensionado, magistral Jimmy Page.

Y “Whole Lotta Love” y “Stairway to Heaven” están más allá de todo análisis. En la primera Plant siempre incluía flashbacks de temas del rock and roll de los años cincuenta, el riff de entrada no tiene rivales, la canción en general supone la consolidación del estilo rockero de esta banda, a años luz sobre la mayoría de sus contemporáneos.

Y “Stairway to Heaven” es la balada por excelencia, el oscurantismo y la alquimia que tanto gustaban a Page convertidas en una canción inmortal. La suavidad primero, y el desgarro después con que canta Robert Plant, el solo de Jimmy Page, la fusion del bajo y la batería mientras el guitarrista inventa sobre la marcha un lenguaje nuevo para su guitarra…Para qué seguir hablando. Esta es de esas canciones que algunos fans, como el de la tienda de la película mencionada, no pueden ya volver a escuchar, pues lo hicieron millones de veces, impresionados ante tanta magia.

Pese a los puntuales encuentros, pese a reuniones con Jason Bonham, el hijo del malogrado Bonzo, y rumores eternos de regreso, Led Zeppelin jamás han puesto en duda su legado. Son, simplemente, otro de los muchos regalos que nos ha ofrecido la vida.

Tema destacado, The Song Remains The Same

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